“If they are not choosing you, force you to finally choose yourself”
Cuando estaba en el kinder y a inicios de la escuela, era muy tímida, insegura y me costaba demasiado hacer amigos.
Intenté todo para integrarme, en serio que si.
Una vez estaba en el recreo y toda la clase estaba jugando escondido, y me dije: ok, voy a meterme a jugar y pararon el juego para decirme que nadie me había dicho que jugara.
Con el tiempo Mami se dio cuenta que me estaba costando tener amigos y se integró en el comité de la escuela para “ayudarme” y comenzó a acompañarnos a las excursiones. Quienes conocen a mi mamá, saben que ella tiene un talento innato con la gente, o sea, la gente la ama. Entonces cómo era de esperarse, todas mis compañeras querían estar con mami y ellas querían descolarme (entonces yo en mi mente de 6 años sentía que tras de eso me la querían quitar)
Pero bueno, pasaron los años, comencé a hacerme de amigas que compartían los mismos gustos por la naturaleza que yo y fui creciendo y en el colegio si me fue muy bien.
Pero muchos años después (ya en la U) comencé a soñar en mi escuela, es decir, todos mis sueños tenían la misma locación: mi escuela. Estaba un poco intrigada por qué soñaba siempre en ese lugar y empecé a tener curiosidad por ir a ver ese lugar que tanto estaba en mis sueños y un día llegué (eran como las 2pm) y los profesores a pesar de no reconocerme me dejaron entrar (creo que les dije que era la hermana de Cristina y de Cris si se acordaban), llegué al área de pre escolar que ya estaba vacío y comencé a ver todos esos lugares y me vi jugando sola.
Una de las misceláneas (supongo porque nunca la vi) tenía una grabadora con música cristiana (una de esas tranquilitas) y pude verme jugando y entendí que yo no estaba jugando sola, Dios estaba conmigo. Cuando me pateaban, ignoraban, rechazaban, El estaba conmigo, y creo que así logré escogerme a mi misma y seguir mi camino.
Les digo esto porque durante la vida nos vamos a topar con el rechazo. Miles de veces, personas que no nos quieren, que piensan que tal vez no somos suficientes.
Pero si nos escogemos a nosotros mismos, si nos sabemos suficientes, si nos amamos y amamos nuestro proceso, las cosas cambian.
¡El juego cambia! Así que si me has leído hasta acá, este es un pequeño recordatorio que sin importar lo que otros digan, sos suficiente. Escogete cada día y verás cómo tu vida comienza a tomar sentido.
Yo aprendí a no vivir por los demás, simplemente ignoro que tal vez haya gente criticando o queriendo “desvalorizar”.
He decidido amarme, amar mi camino, mi proceso y mi realidad. Si, tal vez no estoy donde quisiera estar, pero he aprendido a tratar de siempre hacer lo mejor que puedo con lo que tengo. Ser agradecida con las oportunidades aunque sean las más chiquitas.
Y ser agradecida con Dios por mi vida, por los talentos que me dio y honrar esos talentos esforzándome a ser mejor cada día, no por nadie más, sino por mi.
Mientras trabajaba con mi marca como diseñadora encontré una segunda pasión, guiar a otros para encontrar su estilo y armar sus mejores looks. Acá encontrarás mucho de esto, además de lugares increíbles que voy conociendo y mucha inspiración para la vida.