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Dulces crisis

octubre 12, 2018Estefania Acuna

Todos hemos pasado crisis en algún momento de nuestras vidas. Unas veces son crisis mega catastróficas (tuve una así hace varios años) y otras veces son mini crisis que llevamos cargando día a día y muchas veces ni nos damos cuenta que estamos en ellas.

Las crisis grandes, las cuales hoy agradezco haber pasado unas cuantas en mi vida, nos dejan completamente transformados ¡simplemente nos cambian!

Hace unos años, a causa de un ex novio, un cambio drástico que hubo en mi familia y problemas internos sin resolver tuve una de las peores crisis que jamás imaginé tener. Recuerdo sentir esa famosa y espantosa presión en el corazón que simplemente no me dejaba casi ni respirar, lloré mucho, me sentí muy mal pero también recuerdo que desde que pasé por eso no volví a ser la misma. Me convertí en una mejor versión de mi persona.

Después de todo el caos, aprendí lo siguiente:

A amarme y ser mi propia mejor amiga:

Muchas veces en estos momentos nos saboteamos, nos torturamos con recuerdos y frases como “si yo hubiera”, “si tal vez yo fuera más…” y simplemente sin darnos cuenta en momentos así, nos convertimos en enemigas de nosotras mismas. Así que descubrí que para salir de ese hueco, debía sostenerme, tomar fuerzas y comenzar a amarme, aceptarme, perdonar/perdonarme y seguir adelante.

 

La razón de las crisis:

Es curioso este tema de las crisis, porque a veces nos preguntamos la razón y aunque a ciencia cierta yo no tengo la respuesta del por qué nos pasan. He descubierto que estas nos ayudan a crecer, nos hacen más fuertes y una de las razones que considero es la más importante es que nos hacen poder ayudar a otros a atravesarlas.

Cuando yo pasé por esta crisis con ese ex novio, recuerdo que una vez que superé eso, de la nada, personas (conocidas y desconocidas) se me acercaban para pedirme consejos relacionados a ese tema, sin saber por lo que yo había pasado. Y es interesante saber que una vez que pasamos esos momentos difíciles, nos damos cuenta que ahora podemos ayudar a otros a salir adelante también en esos temas.

 

Nuevos inicios:

Como mencioné anteriormente, las crisis nos cambian y nos hacen ser nuevas personas, nos hacen comenzar de nuevo, ver todo desde una nueva perspectiva. Así que esta es otra lección que aprendí: ¡Es una nueva oportunidad para renovarte!

Este es el mejor momento para comenzar con nuevos hábitos, nuevas (y saludables) amistades, hacernos ese cambio de look y comenzar a renovarnos por completo para llegar a ser una versión más fuerte, más sabia y más poderosa de nosotros mismos.

 

Conectarme:

En estos momentos aprendí a conectarme verdaderamente con Dios. Muchas veces cuando todo está bien, damos por sentado todo y olvidamos ser agradecidos, olvidamos ver las pequeñas bendiciones que tenemos cada día como el simple hecho de despertarnos. Cuando he estado en mis peores momentos ha sido cuando más he buscado a Dios y más lo he necesitado. Es increíble saber y sentir que Dios nos ama y El está con nosotros aún en los momentos más difíciles.

Valorarme:

No sólo aprendemos a amarnos, sino también a valorarnos. Nos damos cuenta que somos mucho más fuertes de lo que pensamos y que tenemos todo dentro de nosotros para salir adelante.

También quiero compartirte unos tips que me sirvieron para sobrevivir a esa crisis en caso de que estés en una:

  1. Busca un nuevo pasatiempo:

    Algo que me sirvió y mi psicóloga me aconsejó fue buscar un nuevo pasatiempo. Recuerdo que en aquel momento lo que hice fue que me compré una cámara  y comencé a tomarle fotos a la naturaleza. Eso me ayudó a despejarme y sobre todo a expresarme y fue algo vital para mi proceso.

  2. No desvalides tus emociones pero tampoco te hundas en ellas:

    Las emociones no son malas y es un mito que debemos anularlas. Si debemos tener el control sobre ellas pero también ellas nos ayudarán a que nuestro proceso de sanidad sea más rápido. Así que si tenés que llorar, llorá. Pero no te dejes hundir por una emoción y tampoco dejes que ellas controlen tu vida.

  3. Hazte de un equipo de apoyo:

    Cuando estamos en situaciones difíciles siempre tendemos a aislarnos y algunas veces nos metemos con personas que no nos aportan nada positivo a nuestras vidas así que en momentos así, te recomiendo que te armés de un equipo de apoyo. Preferiblemente que incluya a alguien que ya haya pasado por lo mismo que vos estás pasando. También te recomiendo buscarte un buen psicólogo ya que con crisis o no, ellos siempre nos ayudan a darnos dirección en temas emocionales.

  4. Unete a un grupo de ayuda social:

    Cuando ayudamos a otros en necesidad nos damos cuenta de lo bendecidos que somos y aún en momentos difíciles, el ayudar a otras personas te dará cierto sentimiento de realización personal y podrás ver más allá que tus propios problemas.

En fin, estos algunos de los consejos de lo que a mi me ha servido, espero que les sirvan también 🙂

 

Un abrazo,

Estefania

 

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